Yo respiro, por lo tanto existo. Estas no son las palabras exactas del gran filósofo y matemático, Descartes, pero siguen siendo verdaderas. Literalmente no podemos vivir sin respirar. Es la esencia misma de la vida. También es completamente instintivo. No pensamos en respirar, simplemente lo hacemos. Esto es algo llamado control autónomo. No es un movimiento consciente o voluntario. Es como el latido de tu corazón. En su mayoría, no eres consciente de ello, pero ahí está. Cada segundo del día.
A medida que una persona inhala, el aire corra hacia los pulmones, inflándolos por completo. La presión fuerza el oxígeno a través de las membranas alveolares y hacia el torrente sanguíneo. Una vez que el oxígeno ha llegado a la sangre, se lleva a todas las células del cuerpo. Este proceso es implacable. Continuará, sin interrupciones importantes, durante el resto de la vida de una persona.
A menos que los pulmones de dicha persona no estén en condiciones de trabajo. Hay innumerables enfermedades y dolencias que podrían dañar los pulmones. Obviamente, todo el mundo es consciente de los efectos perjudiciales de fumar. Pero esta no es la única plaga en los pulmones. Los tóxicos, la contaminación, los humos y el polvo podrían causar estragos en los pulmones.
Por lo tanto, es muy importante que la gente escuche a sus cuerpos y preste mucha atención a las señales que están arrojando. La detección temprana de ciertos trastornos pulmonares podría salvarte la vida. Estos son 15 síntomas físicos que pueden indicar una afección subyacente.
1. Dificultad para dormir
Despertarse sin descanso puede arruinar todo el día de una persona. Uno se siente desenfocado, somnoliento y malhumorado. Dormir nos permite recargar nuestras baterías. Es la época del día en la que el cuerpo sana, descansa y repone sus almacenes para mantenernos despiertos. Una noche inquieta se puede atribuir a una variedad de factores. Algunos de estos pueden ser completamente benignos, pero es posible que esta dificultad para dormir se pueda atribuir a un trastorno o afección pulmonar.
Una persona solo puede pasar 11 días sin dormir. Las consecuencias de la privación prolongada del sueño son graves. Aparentemente hay más de 90 tipos diferentes de trastornos del sueño que afectan a entre 50 y 70 millones de estadounidenses cada año. La interrupción crónica del sueño puede aumentar el riesgo de muchas otras afecciones de salud. Algunos de estos incluyen diabetes, hipertensión, obesidad e incluso depresión. Obviamente, dormir la cantidad correcta es vital para la salud y la longevidad de uno.
Si tiene dificultades para dormir durante un período prolongado o para iniciar el sueño, y no ha sido diagnosticado con un trastorno del sueño preexistente, entonces en realidad puede haber un problema con sus pulmones.
Cuando el cuerpo está acostado, se ejerce una mayor cantidad de presión sobre los pulmones. Una persona sana puede adaptarse y controlar fisiológicamente esta presión. Una persona cuyos pulmones están comprometidos no lo hace. Esto significa que una persona con pulmones poco saludables tendrá problemas para respirar cuando esté acostada. Incluso pueden toser en medio de la noche, lo que puede despertar a cualquiera de un sueño profundo. Si esto persiste durante unos días, se recomienda consultar a un profesional de la salud.