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Signos de cáncer de mama que debes conocer

11. Engrosamiento del tejido mamario El engrosamiento del tejido mamario se refiere a un área que se siente más densa o firme que el tejido circundante… Diana Yasinskaya - agosto 20, 2025

En 2022, se diagnosticaron más de 287,000 nuevos casos de cáncer de mama en Estados Unidos, mientras que en el Reino Unido se reportaron más de 55,000 casos (American Cancer Society, Cancer Research UK). El cáncer de mama se desarrolla en el tejido glandular de las mamas. Un desafío importante sigue siendo la detección tardía, a menudo debido a síntomas sutiles o no reconocidos, lo que enfatiza la importancia de la concientización y la identificación temprana para mejorar los resultados.

1. Nuevo bulto en el seno o la axila

1. New Lump in the Breast or Underarm

La aparición de un nuevo bulto en el seno o en la axila (región axilar) es a menudo el signo más reconocido asociado con el cáncer de mama. Los bultos se forman debido al crecimiento anormal de células, lo que puede generar masas o nódulos dentro del tejido mamario o en áreas circundantes. Aunque muchos bultos en los senos son benignos (no cancerosos), como quistes o fibroadenomas, una parte puede ser maligna, representando etapas tempranas o avanzadas de cáncer. Según la American Cancer Society, la mayoría de los bultos en el seno no son cancerosos, pero es fundamental no ignorarlos. Los bultos malignos tienden a ser indoloros, duros y con bordes irregulares, aunque también pueden ser sensibles, blandos o redondeados. Dado que es difícil distinguir entre bultos benignos y cancerosos solo por la palpación, cualquier nuevo bulto o masa debe ser evaluado de inmediato por un profesional de la salud. La detección temprana es vital para un tratamiento exitoso, y aun los bultos benignos pueden requerir seguimiento o extracción. Si nota un nuevo bulto, independientemente de sus características, buscar atención médica oportuna es esencial para obtener un diagnóstico definitivo y tranquilidad.

2. Cambio en el tamaño o forma del seno

15 Visible Veins On The Breast Community.whattoexpect.com

Un cambio notable en el tamaño o la forma de uno o ambos senos puede ser un indicador importante de alteraciones en el tejido mamario, a menudo resultado del crecimiento tumoral o de la actividad celular anormal. Los tumores pueden distorsionar la arquitectura natural del seno, provocando hinchazón, agrandamiento o incluso deformidades visibles. Es importante distinguir entre variaciones normales y anormales: las fluctuaciones naturales por cambios hormonales, embarazo, menstruación o aumento de peso son comunes y generalmente afectan ambos senos de manera similar. Sin embargo, la asimetría inexplicada o los cambios persistentes no relacionados con estos factores pueden ser motivo de preocupación. Según Breastcancer.org, cambios como una plenitud repentina, encogimiento o protuberancias visibles son posibles señales de advertencia, especialmente si ocurren solo en un lado. Vigilar regularmente sus senos en busca de diferencias en contorno, tamaño o forma general es crucial para la detección temprana. Si observa un cambio inexplicado que no se resuelve o se acompaña de otros síntomas, consulte a un profesional de la salud para su evaluación. La evaluación temprana de estos cambios puede ayudar a identificar el cáncer de mama en una etapa más tratable y descartar causas benignas.

3. Hundimiento o arrugamiento de la piel

3. Dimpling or Puckering of Skin

Un signo evidente de un posible tumor mamario subyacente es el hundimiento o arrugamiento de la piel. Esto ocurre cuando un tumor crece dentro del tejido mamario y tira de la piel hacia adentro, creando áreas que se ven hundidas, arrugadas o fruncidas. Este aspecto se describe a veces como efecto de «piel de naranja» o peau d’orange debido a la semejanza con la superficie de una naranja. Estos cambios cutáneos son causados por el tumor que se adhiere o afecta los ligamentos y el tejido conectivo debajo del seno, lo que tira de la piel hacia arriba.

Si bien leves cambios en la textura de la piel pueden ocurrir ocasionalmente por causas benignas o inflamación, el hundimiento persistente—especialmente si es localizado y no está relacionado con una lesión o infección reciente—puede ser una señal de alerta. Según la American Cancer Society, el hundimiento de la piel del seno siempre debe ser evaluado por un profesional de la salud, ya que puede indicar una malignidad subyacente. Si nota que alguna área de su seno presenta este aspecto hundido, arrugado o con textura de piel de naranja, busque atención médica inmediata para un examen completo y pruebas diagnósticas adecuadas.

4. Secreción del pezón (no relacionada con la lactancia)

4. Nipple Discharge (Not Breast Milk)

La secreción anormal del pezón se refiere a cualquier fluido que se libera del pezón fuera de la lactancia o el embarazo. Aunque algunas secreciones pueden ser benignas y estar relacionadas con cambios hormonales o crecimientos benignos, también puede ser un signo de cáncer de mama, especialmente si ocurre sin presión, es persistente o se asocia con otros cambios en el seno. La secreción vinculada con el cáncer de mama puede ser clara, sanguinolenta o acuosa, y es más preocupante si ocurre solo en un seno.

Es importante diferenciar la secreción anormal de la lactancia normal, que ocurre durante o poco después del embarazo. La lactancia normal es típicamente lechosa y bilateral, mientras que la secreción preocupante suele aparecer de forma inesperada, especialmente en mujeres que no están embarazadas ni amamantando. Según Breastcancer.org, la secreción que es sanguinolenta, ocurre espontáneamente o se acompaña de un bulto o cambio en la piel debe evaluarse de inmediato. Aunque la mayoría de las secreciones no se deben al cáncer, cualquier fluido inexplicado—particularmente si es persistente o inusual en color—debe ser revisado por un profesional de la salud para descartar malignidad y garantizar el tratamiento adecuado.

5. Enrojecimiento o descamación de la piel en el seno o pezón

13 Warmth In The Breast

El enrojecimiento o la descamación de la piel en el seno o el pezón pueden ser signos de advertencia de una inflamación subyacente, que puede ser causada por ciertos tipos de cáncer de mama. Los tumores pueden alterar la función normal de la piel, provocando irritación, descamación o una apariencia inflamada. Esta inflamación se observa a veces en formas agresivas como el cáncer de mama inflamatorio, donde la piel puede verse roja, hinchada y sentirse caliente al tacto. El área afectada también puede desarrollar engrosamiento o surcos, alterando aún más la apariencia cutánea.

Estos síntomas pueden parecerse a los de afecciones benignas como eccema o infección mamaria (mastitis), especialmente en mujeres lactantes. Sin embargo, mientras que el eccema suele afectar ambos senos y mejora con tratamientos tópicos, y la infección se acompaña de fiebre y dolor, los cambios relacionados con el cáncer tienden a ser persistentes y localizados. Según la American Cancer Society, el enrojecimiento, la descamación o la descamación persistente de la piel del pezón o seno siempre deben ser evaluados por un profesional médico. La evaluación temprana es esencial para diferenciar entre afecciones benignas y causas más graves como el cáncer, permitiendo un tratamiento oportuno y adecuado.

6. Retracción del pezón

9 Thickening Of Breast Tissue Freepik

La retracción del pezón ocurre cuando este se invierte o se introduce hacia el interior del seno, lo que puede ser un signo significativo de cambios mamarios subyacentes. Este fenómeno suele presentarse cuando un tumor o un crecimiento anormal dentro del seno se adhiere o invade los conductos y ligamentos detrás del pezón. La presión o tensión de este crecimiento tira del pezón hacia adentro, haciéndolo aparecer plano, hundido o invertido. A diferencia de las personas que tienen pezones naturalmente invertidos desde el nacimiento—lo cual es generalmente inofensivo y no cambia con el tiempo—la retracción nueva o repentina es motivo de preocupación.

Es importante vigilar los senos en busca de cambios inesperados en la apariencia o posición de los pezones. Según Breastcancer.org, la retracción del pezón es más preocupante si ocurre de manera repentina y solo en un lado, especialmente si se acompaña de otros síntomas como un bulto o cambios en la piel. Aunque causas benignas como infecciones o inflamación también pueden ocasionar cambios temporales, la retracción persistente o inexplicada debe ser evaluada rápidamente por un profesional de la salud. Una evaluación médica temprana permite un diagnóstico adecuado y una intervención oportuna si es necesario.

7. Dolor en cualquier área del seno

7. Pain in Any Area of the Breast

El dolor en el seno, conocido como mastalgia, puede ser en algunos casos un signo de cáncer, particularmente si es localizado, persistente y no está asociado con el ciclo menstrual. Los tumores pueden irritar o presionar nervios dentro del tejido mamario, provocando molestias o una sensación de dolor sordo y persistente en un área específica. A diferencia de la sensibilidad general en los senos, que es común antes de la menstruación y suele afectar ambos senos de manera simétrica, el dolor relacionado con el cáncer se limita con frecuencia a un solo punto y no desaparece al finalizar el ciclo menstrual.

Es importante señalar que la mayoría de los dolores en los senos no se deben al cáncer. Las fluctuaciones hormonales, los quistes o condiciones benignas son causas frecuentes de molestia mamaria. Sin embargo, según la American Cancer Society, el dolor nuevo e inexplicado en un seno—especialmente si ocurre en un área específica o se acompaña de otros cambios como un bulto, enrojecimiento o secreción del pezón—no debe ignorarse. El dolor persistente debe ser siempre motivo de consulta con un profesional de la salud para su evaluación. La investigación temprana ayuda a distinguir entre causas benignas y malignas, asegurando un diagnóstico y tratamiento oportunos.

8. Hinchazón de todo o parte de un seno

Breast tenderness 1

La hinchazón que afecta todo o parte de un seno puede ser un signo significativo de un problema subyacente, incluido el cáncer de mama. Esta hinchazón puede ocurrir cuando un tumor bloquea el flujo normal de líquido linfático, provocando acumulación de fluido e inflamación localizada. A veces, la hinchazón afecta solo una parte del seno, causando plenitud visible, engrosamiento o un cambio en la textura; en otros casos, todo el seno puede parecer agrandado o hinchado. La hinchazón relacionada con tumores también puede acompañarse de enrojecimiento, calor o sensibilidad, especialmente en formas agresivas como el cáncer de mama inflamatorio.

Es importante diferenciar este tipo de hinchazón de la plenitud mamaria generalizada que suele experimentarse durante los cambios hormonales, como antes de la menstruación o durante el embarazo. La hinchazón hormonal generalmente afecta a ambos senos de manera simétrica y es temporal, resolviéndose con el ciclo menstrual o los cambios posparto. Según Breastcancer.org, la hinchazón persistente que no mejora o que afecta solo un seno siempre debe ser evaluada por un profesional de la salud. Vigilar sus senos en busca de plenitud continua o inexplicada es crucial, ya que la evaluación temprana puede ayudar a detectar y tratar el cáncer de mama u otras afecciones subyacentes a tiempo.

9. Ganglios linfáticos inflamados en la axila o clavícula

9. Swollen Lymph Nodes Under the Arm or Collarbone

La inflamación visible debajo de la axila o alrededor de la clavícula puede indicar que las células del cáncer de mama se han diseminado más allá del tejido mamario. El sistema linfático actúa como una red de drenaje del cuerpo, y los ganglios linfáticos funcionan como filtros, atrapando células anormales, incluidas las cancerosas. Cuando el cáncer de mama se disemina (metastatiza), a menudo llega primero a estos ganglios cercanos, lo que provoca que se agranden, se endurezcan o se tornen sensibles. Estos ganglios pueden sentirse como pequeños bultos duros bajo la piel y, con frecuencia, no son dolorosos en las primeras etapas de la propagación del cáncer.

Es importante diferenciar el agrandamiento ganglionar debido al cáncer del causado por infecciones o inflamación, que es mucho más común. Los ganglios inflamados por infección suelen ser sensibles, blandos y pueden acompañarse de enrojecimiento o calor en el área circundante. Según la American Cancer Society, la inflamación persistente de los ganglios linfáticos—especialmente si no está asociada con una enfermedad reciente, lesión o infección cutánea—debe ser evaluada por un profesional de la salud. La inflamación persistente o inexplicada puede requerir más pruebas para descartar cáncer y garantizar una intervención oportuna si es necesario.

10. Picazón en el seno o pezón

10. Itchy Breast or Nipple

La picazón persistente del seno o pezón a veces puede estar relacionada con cáncer de mama subyacente, particularmente formas poco comunes como el cáncer de mama inflamatorio o la enfermedad de Paget del pezón. Los tumores en o cerca de la piel pueden irritar las terminaciones nerviosas y alterar la función cutánea normal, lo que provoca picazón continua o una sensación de ardor. Este síntoma puede ir acompañado de enrojecimiento, descamación o una apariencia similar a una erupción, y a veces puede confundirse con afecciones cutáneas benignas más comunes.

Es importante considerar otras posibles causas de la picazón en el seno o pezón, como reacciones alérgicas, eccema, piel seca o irritación por jabones y detergentes. Estas condiciones suelen ser temporales, responden bien a tratamientos tópicos y con frecuencia afectan ambos senos. Sin embargo, como señala Breastcancer.org, la picazón persistente o que empeora—especialmente si se localiza en un solo seno o pezón, o se acompaña de otros cambios en la piel—no debe ignorarse. Si la picazón no mejora con cuidados básicos de la piel o remedios de venta libre, o si se asocia con síntomas adicionales, es importante buscar una evaluación médica para descartar cáncer y obtener la atención adecuada.

11. Engrosamiento del tejido mamario

2 Changes In Breast Shape Or Size Freepik

El engrosamiento del tejido mamario se refiere a un área que se siente más densa o firme que el tejido circundante y puede ser un signo de crecimiento celular anormal, incluido el cáncer de mama. El desarrollo tumoral puede aumentar la densidad del tejido al provocar la acumulación de células fibrosas o malignas en un punto, haciéndolo sentir notablemente diferente durante un autoexamen. Esta zona engrosada puede o no estar acompañada de un bulto definido, y a menudo se percibe dura, inmóvil y persistente.

El engrosamiento glandular natural es común, especialmente durante cambios hormonales como la menstruación, el embarazo o la lactancia. Este engrosamiento benigno suele afectar a ambos senos de manera simétrica y tiende a resolverse con el tiempo o con las fluctuaciones hormonales. Según la American Cancer Society, las áreas persistentes o inusuales de engrosamiento—en particular si están localizadas solo en un seno o si no cambian con el ciclo menstrual—deben ser evaluadas por un profesional de la salud. Vigilar la presencia de zonas firmes e invariables en el seno es crucial, ya que la detección temprana de una densidad anormal puede conducir a un diagnóstico oportuno y a mejores resultados de tratamiento si hay cáncer.

12. Aparición repentina de venas visibles en el seno

12. Sudden Visible Veins on the Breast

La aparición repentina de venas visibles en la superficie del seno a veces puede estar asociada con cáncer de mama subyacente. A medida que un tumor crece, puede estirar la piel y los tejidos subyacentes, haciendo que las venas se vuelvan más prominentes y notorias. Este cambio puede deberse al aumento del flujo sanguíneo requerido por el tumor o a la hinchazón y presión que alteran la apariencia normal del seno. En algunos casos, las venas pueden verse azuladas, dilatadas o como una red nueva que antes no estaba presente.

Las venas visibles en el seno también pueden observarse en situaciones benignas, como durante el embarazo, la lactancia o después de un aumento significativo de peso, todas ellas condiciones que incrementan el flujo sanguíneo y la distensión cutánea. Sin embargo, como señala Breastcancer.org, los cambios repentinos e inexplicados en el patrón o la prominencia de las venas mamarias—en especial si afectan solo a un seno o si se acompañan de hinchazón, enrojecimiento o un bulto—deben motivar una consulta con un profesional de la salud. Vigilar la aparición de patrones venosos nuevos o inusuales es importante, ya que este signo puede indicar una masa subyacente u otra afección significativa que requiere evaluación.

13. Pezón dolorido o ulcerado

12 Scaling Or Peeling Of The Nipple Patedu.com

Un pezón dolorido o ulcerado puede ser un signo de un tumor mamario subyacente, especialmente cuando un crecimiento canceroso invade la piel o el tejido de la zona del pezón. La invasión tumoral puede provocar la ruptura de la piel, originando llagas abiertas, úlceras persistentes o áreas que no cicatrizan. Estas úlceras pueden supurar, sangrar o formar costras, y generalmente no responden a tratamientos tópicos comunes.

Es fundamental distinguir este tipo de ulceración de las grietas o molestias causadas por la lactancia, comunes en las madres que amamantan y que generalmente sanan con higiene y cuidados adecuados. Las grietas relacionadas con la lactancia suelen deberse a irritación, un mal agarre o sequedad, y mejoran a medida que la piel se recupera. En cambio, como describe la American Cancer Society, las llagas persistentes, úlceras o heridas que no cicatrizan en el pezón—especialmente cuando se acompañan de otros síntomas como secreción, engrosamiento o un bulto—requieren una evaluación médica inmediata. La valoración temprana es necesaria para diferenciar entre causas benignas y malignas y asegurar un tratamiento adecuado si se trata de cáncer.

14. Descamación o descamado del pezón

Inverted Nipple

La descamación o el desprendimiento de la piel del pezón a veces puede ocurrir cuando el cáncer afecta la piel, imitando afecciones dermatológicas comunes. Ciertos tipos de cáncer de mama, como la enfermedad de Paget del pezón, pueden causar que la piel se vuelva seca, escamosa o con costras, e incluso provocar supuración. Esto puede acompañarse de enrojecimiento, irritación o una sensación de ardor. Estos cambios relacionados con el cáncer pueden comenzar de manera sutil pero tienden a persistir y empeorar gradualmente con el tiempo.

Es importante distinguir este síntoma del eccema o la dermatitis, que son benignos y suelen responder bien a humectantes o cremas tópicas con esteroides. El eccema normalmente afecta ambos pezones u otras áreas del cuerpo, y los síntomas mejoran con tratamientos estándar. En contraste, como señala Breastcancer.org, la descamación persistente que no responde a terapias cutáneas típicas—o que afecta solo a un pezón—debe considerarse una señal de advertencia. Si experimenta descamación, descamado o desprendimiento de la piel del pezón de manera continua, especialmente cuando se acompaña de otros cambios en el seno, es fundamental acudir rápidamente a un profesional de la salud para una evaluación y diagnóstico adecuados.

15. Cambio en el color del seno

Breast Or Nipple Pain

Un cambio notable en el color de la piel del seno puede ser un indicador significativo de inflamación subyacente, que en algunos casos puede estar relacionado con cáncer de mama. Algunas formas, como el cáncer de mama inflamatorio, pueden hacer que la piel se vea roja, púrpura o incluso azulada, reflejando alteraciones en el flujo sanguíneo, congestión linfática o la participación directa de un tumor. Esta decoloración a menudo se acompaña de otros síntomas como hinchazón, calor o engrosamiento de la piel, y puede extenderse o empeorar con el tiempo.

Es fundamental diferenciar los cambios de color relacionados con el cáncer de los moretones, que generalmente resultan de un traumatismo y suelen resolverse en días o semanas con un patrón de desvanecimiento predecible. Mientras que los moretones suelen ser dolorosos y tener una causa clara, la decoloración vinculada al cáncer es más persistente, no está relacionada con una lesión y puede expandirse o intensificarse. Según la American Cancer Society, los cambios nuevos o inexplicables en el color del seno—especialmente si continúan propagándose o se asocian con otras señales de advertencia—deben ser evaluados de inmediato por un profesional de la salud. Una valoración temprana puede ayudar a distinguir causas benignas de graves y asegurar el tratamiento oportuno en caso necesario.

16. Pezón invertido

5 Nipple Retraction Freepik

Un pezón invertido se refiere a aquel que se dirige hacia adentro en lugar de hacia afuera. Esta condición puede desarrollarse cuando cambios en el tejido subyacente, como el crecimiento de un tumor, tiran del pezón y las estructuras circundantes hacia dentro. El tejido anormal crea tensión o fibrosis detrás del pezón, lo que provoca que este se retraiga hacia el seno. Este síntoma es especialmente preocupante cuando aparece de forma repentina o se acompaña de otros cambios en el seno.

Es importante distinguir entre un pezón que siempre ha sido invertido—una variante anatómica benigna y natural—y uno que se ha invertido recientemente. La inversión de toda la vida generalmente ocurre en ambos pezones y no fluctúa, mientras que un cambio nuevo o progresivo en la orientación del pezón, particularmente si afecta solo a un seno, puede señalar una causa más seria. Según Breastcancer.org, la inversión repentina del pezón, especialmente cuando se asocia con otros síntomas como bultos, cambios en la piel o secreción, debe motivar una evaluación médica inmediata. El reconocimiento temprano y la valoración clínica son cruciales para distinguir diferencias anatómicas inofensivas de síntomas de cáncer de mama y determinar la necesidad de más pruebas o tratamiento.

17. Sensación de ardor en el seno

17. Burning Sensation in the Breast

Una sensación de ardor en el seno puede ocurrir cuando los tumores irritan o comprimen los nervios dentro del tejido mamario. A medida que un tumor crece, puede ejercer presión sobre las terminaciones nerviosas cercanas o interrumpir las vías nerviosas normales, lo que provoca sensaciones de ardor, hormigueo o incluso entumecimiento. Esta molestia suele ser persistente y puede localizarse en un área específica del seno, aunque en ocasiones puede irradiarse hacia afuera. El ardor también puede acompañarse de otros síntomas como enrojecimiento, hinchazón o cambios en la textura de la piel.

La irritación leve o el ardor pasajero en el seno a menudo son causados por problemas benignos como irritación cutánea leve, fricción de la ropa o cambios hormonales. Estas sensaciones suelen ser temporales y se resuelven sin intervención. Sin embargo, como señala la American Cancer Society, las sensaciones nuevas o persistentes de ardor que no mejoran, especialmente si se acompañan de otras señales de advertencia, no deben ignorarse. Si experimenta una sensación de ardor inexplicada en el seno que persiste o empeora, es importante acudir a una evaluación médica para determinar la causa y garantizar un tratamiento oportuno si es necesario.

18. Calor persistente en el seno

18. Persistent Breast Warmth

El calor persistente en el seno puede ser un signo de inflamación en el tejido mamario, que en algunos casos puede deberse a formas agresivas de cáncer de mama, como el cáncer de mama inflamatorio. Los tumores y la inflamación asociada aumentan el flujo sanguíneo en la zona, lo que hace que la piel y el tejido subyacente se sientan inusualmente cálidos o calientes al tacto. Esta sensación de calor persistente también puede ir acompañada de enrojecimiento, hinchazón o cambios en la textura de la piel, y típicamente no se resuelve por sí sola.

Es importante diferenciar este tipo de calor del causado por infecciones, como la mastitis, que es más común en mujeres lactantes. Las infecciones suelen presentarse de manera repentina y a menudo se asocian con dolor, fiebre y, en ocasiones, pus o secreción. El calor relacionado con la infección generalmente mejora con antibióticos u otro tratamiento médico. Sin embargo, según la American Cancer Society, el calor persistente que no mejora, especialmente si no está relacionado con infección o se acompaña de otros síntomas como hinchazón o cambios cutáneos, debe ser evaluado por un profesional de la salud. La valoración temprana es crucial para un diagnóstico preciso y un manejo adecuado.

19. Endurecimiento o firmeza del seno

19. Hardening or Firmness of the Breast

El endurecimiento o firmeza inusual del seno puede ser un signo importante de crecimiento tumoral subyacente. A medida que las células anormales se acumulan y forman una masa, el área afectada del seno puede sentirse claramente más dura o firme que el tejido circundante. Este cambio en la textura se debe tanto a la presencia física de un tumor como a la respuesta del cuerpo, que puede incluir fibrosis (aumento del tejido conectivo) alrededor del crecimiento anormal. La firmeza puede localizarse en una parte del seno o, en algunos casos, afectar un área más extensa.

Es esencial distinguir esta firmeza patológica de los cambios cíclicos que comúnmente ocurren durante el ciclo menstrual de una mujer. Las fluctuaciones hormonales pueden causar hinchazón y firmeza temporales en ambos senos, lo que generalmente se resuelve tras la menstruación. Según la American Cancer Society, un endurecimiento nuevo o persistente—especialmente si está confinado a un área específica, no fluctúa con el ciclo o se acompaña de otros síntomas como un bulto o cambios en la piel—debe ser evaluado por un profesional de la salud. Una evaluación temprana puede ayudar a identificar cáncer u otras afecciones graves de manera oportuna, mejorando los resultados del tratamiento.

20. Moretones inexplicables en el seno

Breast hematoma cvrimg

Los moretones inexplicables en el seno pueden ser un signo preocupante e indicar que un cáncer subyacente está dañando vasos sanguíneos o afectando la integridad del tejido. El crecimiento tumoral puede invadir o comprimir pequeños vasos sanguíneos bajo la piel, provocando filtración de sangre y la aparición de hematomas o decoloraciones. Estos moretones pueden presentarse como manchas púrpuras, azuladas o marrones y, a menudo, aparecen sin una causa clara, como una lesión o traumatismo. En algunos casos, el hematoma puede extenderse o no sanar normalmente, lo que aumenta la preocupación.

Los moretones accidentales son comunes y generalmente tienen una causa conocida, como un golpe o caída. Estos moretones suelen resolverse en una o dos semanas, desvaneciéndose gradualmente a medida que el cuerpo reabsorbe la sangre. Sin embargo, como señala Breastcancer.org, los moretones que aparecen espontáneamente, no mejoran o se acompañan de otros síntomas—como hinchazón, dolor o cambios en la piel—deben ser evaluados por un profesional de la salud. Los moretones inexplicables requieren investigación adicional para descartar cáncer y asegurar un tratamiento oportuno.

21. Dolor en el pezón

21. Nipple Pain

El dolor en el pezón puede ser un síntoma de cáncer de mama, particularmente cuando es causado por el crecimiento tumoral o por inflamación localizada que afecta las terminaciones nerviosas sensibles en esta zona. A medida que un tumor se desarrolla, puede comprimir o irritar estos nervios, lo que provoca molestias, dolor agudo o una sensación persistente de dolor punzante. Los procesos inflamatorios asociados al cáncer también pueden generar hinchazón y sensibilidad en y alrededor del pezón, intensificando el dolor y ocasionando a veces otros cambios como enrojecimiento o engrosamiento de la piel.

Es importante diferenciar el dolor relacionado con el cáncer de la sensibilidad o molestias provocadas por causas más comunes. Las fluctuaciones hormonales durante la menstruación, el embarazo, la lactancia o incluso la irritación por ropa ajustada pueden generar sensibilidad o dolor pasajero en el pezón. Estas causas benignas suelen resolverse por sí solas o con simples ajustes en el estilo de vida. Sin embargo, como destaca la American Cancer Society, el dolor persistente e inexplicable en el pezón que no mejora o que se acompaña de síntomas adicionales—como secreción, cambios en la apariencia o un bulto—no debe ignorarse. Buscar una evaluación médica garantiza un diagnóstico temprano y la atención adecuada en caso de cáncer u otra afección seria.

22. Llagas en el pezón que no cicatrizan

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Las llagas en el pezón que no cicatrizan pueden ser un signo potencial de un proceso patológico subyacente, incluido el cáncer de mama. Las células tumorales pueden alterar el proceso normal de cicatrización al invadir la piel y los tejidos circundantes, lo que genera heridas abiertas o úlceras crónicas que persisten durante semanas o meses. Estas lesiones pueden ser dolorosas, sangrar, supurar o desarrollar una superficie costrosa, y suelen resistir los tratamientos convencionales como antibióticos o cremas tópicas.

En contraste, las lesiones comunes o abrasiones menores causadas por irritación, fricción o lactancia suelen sanar en pocos días o semanas con los cuidados adecuados. Las lesiones benignas tienden a mejorar de forma constante y no reaparecen en el mismo sitio. Según la American Cancer Society, la presencia de una llaga o úlcera crónica en el pezón que no cicatriza debe tomarse muy en serio. Estas lesiones persistentes son una señal de advertencia y requieren una evaluación médica inmediata para determinar la causa, descartar malignidad e iniciar un tratamiento oportuno si fuera necesario.

23. Engrosamiento o enrojecimiento de la piel, especialmente si se propaga

23. Skin Thickening or Redness, Especially if Spreading

El engrosamiento de la piel o el enrojecimiento del seno, en particular cuando se propaga con rapidez, puede ser un signo característico de cánceres agresivos como el cáncer de mama inflamatorio. Este tipo de cáncer provoca hinchazón, inflamación y cambios rápidos en la textura de la piel, que puede lucir engrosada, con hoyuelos o inflamada. El enrojecimiento suele sentirse cálido al tacto y puede extenderse a una parte significativa del seno en poco tiempo. Estos cambios ocurren porque las células cancerosas bloquean los vasos linfáticos de la piel, lo que ocasiona acumulación de líquido e irritación.

Es fundamental diferenciar estos síntomas de los de una erupción leve o irritación cutánea, que generalmente son limitados, responden a tratamientos tópicos y se resuelven en pocos días. Las erupciones leves rara vez se asocian con bultos subyacentes o hinchazón persistente. Según la American Cancer Society, el enrojecimiento o engrosamiento que se extiende rápidamente en la piel del seno debe considerarse urgente y requiere una evaluación médica inmediata. La intervención temprana es esencial en los cánceres agresivos, ya que pueden progresar rápidamente y necesitar tratamientos especializados.

24. Hinchazón en un brazo

24. Swelling in One Arm

La hinchazón en un brazo, especialmente en el mismo lado de una anomalía mamaria, puede ser un signo de obstrucción linfática causada por cáncer de mama. Cuando las células cancerosas invaden o comprimen los ganglios linfáticos bajo el brazo o cerca de la clavícula, pueden interrumpir el drenaje normal del líquido linfático desde el brazo. Esta obstrucción provoca una acumulación de líquido llamada linfedema, que se manifiesta como hinchazón visible, sensación de pesadez o tensión en el brazo afectado. Con el tiempo, la hinchazón puede volverse incómoda y limitar el movimiento o la función.

La hinchazón en un brazo también puede deberse a una lesión, infección o sobreuso; en estos casos, suele ser temporal y mejora con reposo, elevación o cuidados básicos. Sin embargo, según la American Cancer Society, la hinchazón persistente o inexplicada en un brazo—sobre todo si se acompaña de otros cambios mamarios o de antecedentes de cáncer de mama—debe ser evaluada sin demora por un profesional de la salud. La identificación temprana y el tratamiento del linfedema o de sus causas subyacentes son cruciales para prevenir complicaciones y garantizar los mejores resultados posibles.

25. Peau d’Orange (Textura de piel de naranja)

25. Peau d'Orange (Orange Peel Texture)

Peau d’orange, término francés que significa «piel de naranja», describe una textura distintiva de la piel que se asemeja a la superficie con hoyuelos de una naranja. Este signo clásico suele asociarse con el cáncer de mama inflamatorio y se produce por la obstrucción linfática debajo de la piel. Cuando las células cancerosas bloquean los vasos linfáticos pequeños, el líquido se acumula en el tejido, causando hinchazón y tirantez en los folículos pilosos. La piel se vuelve engrosada, con hoyuelos y a menudo brillante o tensa, adquiriendo un aspecto característico.

Este cambio en la textura es muy significativo y se diferencia de la simple aspereza de la piel o de la hinchazón leve por causas benignas. Según la American Cancer Society, la presencia de peau d’orange es una señal de alarma de cáncer de mama agresivo y requiere una evaluación inmediata. El efecto de piel de naranja puede desarrollarse rápidamente y acompañarse de enrojecimiento, calor o sensibilidad. Si observa este cambio en la piel de su seno, es esencial acudir sin demora a atención médica para determinar la causa subyacente e iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible.

26. Agrandamiento rápido del seno

Itchy Breasts

El agrandamiento rápido del seno es un síntoma preocupante que puede deberse a la presencia de tumores agresivos, como el cáncer de mama inflamatorio. Estos cánceres de crecimiento rápido pueden provocar un aumento notable del tamaño del seno en poco tiempo, a veces en días o semanas. El agrandamiento suele ir acompañado de otros síntomas, como enrojecimiento, calor, dolor o cambios en la textura de la piel. El crecimiento tumoral o la hinchazón por obstrucción linfática contribuyen a este cambio repentino.

En contraste, los cambios graduales en el tamaño del seno suelen estar relacionados con fluctuaciones hormonales, embarazo o aumento de peso y se desarrollan a lo largo de meses o años. Estos cambios benignos generalmente afectan a ambos senos de manera simétrica y no se acompañan de síntomas alarmantes. Según la American Cancer Society, el agrandamiento rápido e inexplicado de un seno, especialmente si se acompaña de cambios cutáneos o molestias, debe investigarse de forma urgente. Una evaluación médica temprana es vital para identificar a tiempo cánceres agresivos e iniciar el tratamiento adecuado, mejorando así el pronóstico.

27. Pérdida de sensibilidad en el seno o pezón

27. Loss of Sensation in the Breast or Nipple

La pérdida de sensibilidad en el seno o pezón puede ocurrir cuando los tumores comprometen o comprimen los nervios que inervan estas zonas. A medida que un tumor crece, puede alterar la función nerviosa normal ya sea por invasión directa o por presión sobre las vías nerviosas, lo que genera entumecimiento, hormigueo o incluso una pérdida total de la sensibilidad. Este cambio puede ser sutil al inicio, pero intensificarse a medida que la enfermedad progresa, afectando a veces un área localizada o, menos comúnmente, a todo el seno o pezón.

El entumecimiento o la pérdida de sensibilidad también pueden deberse a lesiones menores, como un golpe en el pecho o la irritación por ropa ajustada; sin embargo, estas causas suelen ser pasajeras y se resuelven con reposo. La pérdida de sensibilidad persistente o inexplicable, especialmente si se acompaña de otros síntomas como bultos, cambios en la piel o secreción, puede indicar un problema más serio. Según la American Cancer Society, cualquier pérdida de sensibilidad nueva o persistente en el seno o pezón debe motivar una evaluación médica inmediata para determinar la causa y permitir una intervención temprana si se trata de cáncer de mama u otra condición seria.

28. Ulceración de la piel del seno

28. Breast Skin Ulceration

La ulceración de la piel del seno se refiere al desarrollo de llagas o heridas abiertas en la superficie mamaria, que a menudo resultan de tumores avanzados que rompen la piel. A medida que un tumor crece e invade capas más profundas del tejido, puede comprometer la integridad de la piel, dando lugar a úlceras persistentes que no cicatrizan. Estas lesiones pueden presentarse como áreas crudas, supurantes o sangrantes y suelen resistir los cuidados convencionales de heridas o tratamientos tópicos. La ulceración es un signo grave que indica que el cáncer ha alcanzado una etapa avanzada y está afectando directamente la piel.

Las llagas simples o abrasiones superficiales por lesiones menores, fricción o irritación, en cambio, suelen sanar en poco tiempo con cuidados básicos y no se asocian con masas subyacentes ni con cambios cutáneos significativos. En contraste, como señala la American Cancer Society, cualquier ulceración persistente o progresiva en la piel del seno requiere atención médica inmediata. La intervención temprana es crítica para manejar complicaciones, prevenir infecciones y determinar el plan de tratamiento adecuado. Si nota una úlcera que no cicatriza o empeora con el tiempo, busque de inmediato la evaluación de un profesional de la salud.

29. Pérdida de peso inexplicable

29. Unexplained Weight Loss

La pérdida de peso inexplicable puede ser un signo sistémico de cáncer de mama, particularmente en etapas avanzadas. El cáncer puede aumentar las demandas metabólicas del organismo, alterar los niveles hormonales normales y producir sustancias que reducen el apetito o interfieren con la absorción de nutrientes. Estos efectos sistémicos pueden conducir a una pérdida de peso significativa e involuntaria incluso sin cambios en la dieta. La pérdida de peso asociada al cáncer suele acompañarse de fatiga, debilidad y un deterioro general del estado de salud.

En contraste, la pérdida de peso intencional resultante de cambios en la dieta, el ejercicio o el estilo de vida es predecible y gradual, con una causa clara y sin síntomas preocupantes asociados. La pérdida de peso saludable no suele acompañarse de fatiga persistente u otros cambios físicos inexplicados. Según la American Cancer Society, la pérdida de más de 4-5 kilos sin causa aparente—especialmente si se acompaña de otros síntomas como cambios en el seno, dolor o bultos—debe evaluarse de inmediato por un profesional de la salud. La valoración temprana ayuda a identificar enfermedades subyacentes, incluido el cáncer de mama, y asegura un manejo oportuno y adecuado para obtener los mejores resultados posibles.

30. Fatiga o cansancio inusual

30. Fatigue or Unusual Tiredness

La fatiga persistente o el cansancio inusual pueden ser un síntoma de cáncer de mama, especialmente a medida que la enfermedad progresa o se vuelve sistémica. El cáncer puede producir sustancias que interfieren con la función celular normal y el metabolismo energético, lo que genera una sensación constante de agotamiento que no mejora con el descanso ni con un sueño adecuado. La respuesta del organismo al combatir el cáncer, junto con posibles anemias o deficiencias nutricionales, puede contribuir aún más a una fatiga profunda, haciendo que incluso las actividades diarias más simples resulten abrumadoras.

Es importante diferenciar la fatiga relacionada con el cáncer del cansancio cotidiano producto del estrés, el exceso de trabajo, la falta de sueño u otros factores del estilo de vida. El cansancio cotidiano suele ser temporal y mejora con el descanso, la relajación o cambios en la rutina. En contraste, la fatiga asociada al cáncer es persistente, tiende a empeorar con el tiempo y no se alivia con el reposo. Según la American Cancer Society, la fatiga inexplicada y persistente—particularmente cuando se acompaña de otros signos de advertencia como bultos mamarios, dolor o pérdida de peso—debe ser evaluada de inmediato por un profesional de la salud.

31. Pérdida de apetito

31. Loss of Appetite

La pérdida de apetito, también conocida como anorexia, puede ocurrir como consecuencia del cáncer de mama o como efecto secundario de los tratamientos oncológicos. Los tumores pueden producir sustancias químicas que alteran las señales normales de hambre, modificar el gusto y el olfato, o causar inflamación en el tracto digestivo, lo que hace que los alimentos resulten menos atractivos. A medida que el cáncer progresa, las mayores demandas metabólicas del cuerpo y el estrés emocional pueden suprimir aún más el apetito. Los tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia y ciertos medicamentos también pueden contribuir a las náuseas, alteraciones en el gusto o llagas en la boca, reduciendo el deseo de comer.

Es importante distinguir la pérdida de apetito relacionada con el cáncer de los cambios temporales debidos al estrés, la ansiedad, enfermedades leves o ajustes en el estilo de vida, que suelen resolverse una vez abordada la causa. Según la American Cancer Society, la pérdida persistente o inexplicada del apetito—especialmente si se asocia con pérdida de peso, fatiga u otros síntomas—debe informarse a un profesional de la salud. La intervención temprana es esencial para abordar los déficits nutricionales, mantener la fuerza e identificar cualquier enfermedad subyacente, incluido el cáncer de mama, que pueda estar contribuyendo a este síntoma.

32. Fiebre inexplicable o sudores nocturnos

32. Unexplained Fever or Night Sweats

La fiebre inexplicable o los sudores nocturnos pueden ser un signo de una enfermedad sistémica, incluido el cáncer de mama. A medida que el cáncer progresa o se disemina, puede estimular al sistema inmunológico a liberar sustancias llamadas citoquinas, que elevan la temperatura corporal y provocan fiebre persistente de bajo grado o episodios de sudoración nocturna intensa. Estos síntomas pueden presentarse sin una infección evidente y suelen acompañarse de fatiga, pérdida de peso u otros síntomas generales. En casos avanzados, la fiebre también puede indicar que el cáncer ha afectado múltiples órganos o que existe una infección secundaria asociada.

La fiebre y los sudores nocturnos son más comúnmente resultado de infecciones, como gripe, resfriados u otras enfermedades virales o bacterianas. Estas fiebres suelen tener una causa clara, se resuelven con tratamiento y con frecuencia se acompañan de síntomas agudos como dolor de garganta o tos. Según la American Cancer Society, la fiebre o los sudores nocturnos persistentes o inexplicables—en especial si no están relacionados con una infección evidente o si se acompañan de otros síntomas como bultos, fatiga o pérdida de peso—requieren una evaluación médica inmediata.

33. Dolor de espalda o de hombro

33. Back or Shoulder Pain

El dolor de espalda o de hombro puede ser en algunos casos un síntoma de cáncer de mama, especialmente cuando los tumores crecen cerca de la pared torácica o se diseminan a estructuras cercanas. Este dolor puede ser referido, lo que significa que se origina en el seno pero se siente en la espalda, el hombro o incluso el brazo superior. Los tumores pueden irritar nervios o infiltrarse en tejidos circundantes, causando una molestia persistente y localizada que no mejora con el descanso ni con analgésicos comunes. En casos avanzados, el cáncer de mama puede diseminarse (metastatizar) a los huesos de la columna o los hombros, generando dolor crónico que empeora con el tiempo.

El dolor muscular o las molestias por esfuerzo físico, mala postura o lesiones menores son mucho más frecuentes y generalmente se resuelven con descanso, estiramientos o medicamentos de venta libre. Estas causas benignas de dolor suelen estar vinculadas a una actividad o evento específico y mejoran en pocos días. Según la American Cancer Society, el dolor de espalda o de hombro persistente o inexplicado—especialmente si se acompaña de otros síntomas mamarios o no tiene causa evidente—debe ser evaluado por un profesional de la salud para descartar enfermedades graves, incluido el cáncer de mama.

34. Dolor en la pared torácica

34. Chest Wall Pain

El dolor en la pared torácica puede ser un signo de cáncer de mama cuando un tumor invade los tejidos de la pared del pecho, incluidos músculos, costillas o tejido conectivo. A medida que el tumor crece, puede provocar dolor o molestias persistentes y localizadas, que pueden ser sordas, punzantes o incluso intensas. Este tipo de dolor suele ser continuo y no mejora con cambios de posición ni con analgésicos habituales. En algunos casos, el dolor puede acompañarse de hinchazón, enrojecimiento o un bulto visible, lo que indica afectación de tejidos más profundos.

El dolor en la pared torácica es más frecuentemente causado por afecciones benignas como la costocondritis—inflamación del cartílago que une las costillas al esternón. La costocondritis suele causar sensibilidad en la parte frontal del pecho y mejora con medicamentos antiinflamatorios o reposo. A menudo aparece después de un esfuerzo físico o de infecciones respiratorias y no suele asociarse con otros cambios en el seno. Según la American Cancer Society, cualquier dolor nuevo, persistente o inexplicado en la pared torácica—en especial si se acompaña de otros signos de advertencia—debe ser evaluado de inmediato por un profesional de la salud.

35. Tos persistente o dificultad para respirar

35. Persistent Cough or Shortness of Breath

La tos persistente o la dificultad para respirar pueden ser signos de que el cáncer de mama ha avanzado y se ha diseminado (metastatizado) a los pulmones. Cuando las células cancerosas llegan a los pulmones, pueden causar irritación, inflamación o acumulación de líquido (derrame pleural), lo que genera tos continua, silbidos o dificultad respiratoria. Estos síntomas suelen ser crónicos y empeoran con el tiempo, a veces acompañados de molestias en el pecho, fatiga o pérdida de peso inexplicada. En algunos casos, la tos puede producir esputo con sangre o asociarse con infecciones respiratorias recurrentes.

La mayoría de las toses y episodios de falta de aire se deben a causas benignas como alergias estacionales, resfriados comunes o infecciones respiratorias leves. Estos síntomas suelen resolverse en pocos días o semanas y con frecuencia se acompañan de signos típicos de infección, como fiebre o dolor de garganta. Según la American Cancer Society, los síntomas respiratorios persistentes o inexplicables—especialmente cuando no están vinculados a una enfermedad evidente o cuando se acompañan de otros signos de cáncer de mama—deben ser evaluados por un profesional de la salud.

36. Dolor óseo

36. Bone Pain

El dolor óseo puede ser un síntoma significativo del cáncer de mama avanzado, indicando que la enfermedad se ha metastatizado (diseminado) a los huesos. Los sitios más comunes de metástasis incluyen la columna vertebral, las caderas, la pelvis y los huesos largos de brazos y piernas. Cuando el cáncer invade el tejido óseo, puede causar dolor profundo, persistente o molesto que suele empeorar por la noche o con el movimiento. Este dolor a menudo no responde bien a los analgésicos comunes. En casos graves, la metástasis puede debilitar la estructura ósea, aumentando el riesgo de fracturas con lesiones mínimas.

En contraste, la mayoría de los dolores articulares y óseos de la vida diaria están relacionados con afecciones benignas como artritis, sobreuso o lesiones menores. Estos dolores comunes suelen fluctuar, mejorar con reposo o responder a medicamentos de venta libre. Según la American Cancer Society, el dolor óseo persistente o inexplicado—especialmente si se acompaña de otros síntomas de cáncer de mama o antecedentes de malignidad—debe ser evaluado por un profesional de la salud. El reconocimiento temprano de la afectación ósea permite iniciar un tratamiento oportuno y prevenir complicaciones como fracturas o pérdida de movilidad.

37. Coloración amarillenta de la piel o los ojos (ictericia)

37. Yellowing of Skin or Eyes (Jaundice)

La coloración amarillenta de la piel o los ojos, conocida como ictericia, puede ser un signo de que el cáncer de mama se ha diseminado al hígado. Cuando las células cancerosas invaden el hígado, pueden afectar su capacidad para procesar y eliminar la bilirrubina—un pigmento amarillo producido durante la descomposición de los glóbulos rojos. La acumulación de bilirrubina en el torrente sanguíneo provoca la característica coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica ocular. La ictericia por metástasis hepática también puede acompañarse de otros síntomas como orina oscura, heces claras, dolor abdominal o pérdida de peso inexplicada.

La ictericia también puede deberse a otras condiciones como hepatitis, cálculos biliares u otras enfermedades hepáticas. La ictericia causada por hepatitis suele asociarse con síntomas de infección, como fiebre, fatiga y náuseas, y generalmente se diagnostica mediante análisis de sangre que detectan inflamación hepática. Según la American Cancer Society, cualquier aparición nueva e inexplicada de coloración amarillenta en piel o ojos debe evaluarse de inmediato por un profesional de la salud.

38. Dolores de cabeza inusuales

38. Unusual Headaches

Los dolores de cabeza inusuales o persistentes pueden ser un signo de una metástasis poco frecuente pero grave del cáncer de mama al cerebro. Cuando las células cancerosas se diseminan al cerebro, pueden aumentar la presión intracraneal o irritar directamente el tejido cerebral, generando cefaleas intensas, nuevas o progresivas. Estos dolores de cabeza pueden acompañarse de otros síntomas neurológicos como cambios en la visión, náuseas, vómitos, dificultad para hablar, debilidad o convulsiones. El dolor puede ser constante, más intenso en la mañana o empeorar al toser o agacharse.

La mayoría de los dolores de cabeza se deben a causas benignas como tensión, estrés, deshidratación o problemas sinusales. Las cefaleas tensionales suelen presentarse como una presión leve a moderada en forma de banda alrededor de la cabeza y suelen mejorar con reposo, hidratación o analgésicos comunes. Según la American Cancer Society, cualquier dolor de cabeza nuevo, severo o inusual—especialmente si es diferente de los habituales, persistente o acompañado de síntomas neurológicos—debe motivar una evaluación médica inmediata.

39. Cambios visuales

39. Visual Changes

Los cambios visuales, como visión borrosa, visión doble o pérdida súbita de la vista, pueden presentarse en casos raros cuando el cáncer de mama metastatiza al cerebro o a los tejidos que rodean los ojos. El crecimiento tumoral en estas áreas puede ejercer presión sobre los nervios ópticos u otras estructuras relacionadas con la visión, lo que provoca alteraciones perceptibles en la vista. Estos síntomas pueden acompañarse de dolores de cabeza, mareos u otros signos neurológicos, y se consideran indicadores graves de posible afectación del sistema nervioso central por metástasis.

La mayoría de los cambios visuales se deben a causas benignas como fatiga ocular, envejecimiento (presbicia) o errores de refracción como miopía o astigmatismo, que se desarrollan gradualmente y se corrigen fácilmente con gafas o lentes de contacto. Los cambios temporales también pueden deberse a alergias, sequedad ocular o cansancio. Según la American Cancer Society, los cambios visuales repentinos, inexplicables o persistentes—especialmente si se acompañan de otros síntomas como dolores de cabeza, debilidad o problemas de equilibrio—deben ser evaluados de inmediato.

40. Dificultad para tragar

40. Difficulty Swallowing

La dificultad para tragar, conocida médicamente como disfagia, puede desarrollarse si el cáncer de mama metastatiza al esófago o a estructuras cercanas en el tórax. Cuando las células cancerosas invaden o presionan el esófago, pueden causar estrechamiento u obstrucción, lo que dificulta tragar sólidos o incluso líquidos. Este síntoma puede acompañarse de la sensación de que la comida se queda atascada en la garganta, dolor al tragar o pérdida de peso involuntaria debido a la ingesta reducida. En algunos casos, también puede presentarse tos persistente o ronquera por irritación del esófago o de nervios cercanos.

Las dificultades para tragar son más comúnmente causadas por afecciones benignas como dolor de garganta por infecciones virales, reflujo ácido o irritación temporal por alimentos calientes o picantes. Estas causas suelen resolverse en pocos días y no generan un deterioro significativo o progresivo en la deglución. Según la American Cancer Society, cualquier dificultad nueva, persistente o que empeora al tragar debe evaluarse por un profesional de la salud.

41. Ronquera o cambios en la voz

41. Hoarseness or Voice Changes

La ronquera o los cambios notables en la voz pueden ocurrir si el cáncer de mama se disemina a la laringe (caja de la voz), la tráquea o los nervios que controlan las cuerdas vocales. El cáncer metastásico en estas áreas puede provocar hinchazón, irritación o incluso parálisis de las cuerdas vocales, lo que resulta en una voz áspera, entrecortada o débil. En ocasiones, la ronquera puede acompañarse de dificultad para tragar, tos persistente o sensación de tener un bulto en la garganta. Estos síntomas suelen empeorar progresivamente y no se resuelven con remedios caseros habituales.

La mayoría de los casos de ronquera son causados por afecciones benignas como resfriados, alergias estacionales o el uso excesivo de la voz, y generalmente se resuelven en una o dos semanas una vez que cede la irritación subyacente. Los cambios temporales de la voz rara vez se asocian con síntomas preocupantes como pérdida de peso o dolor persistente. Según la American Cancer Society, la ronquera persistente o inexplicada, o los cambios en la voz—especialmente si duran más de dos semanas o se acompañan de otros síntomas—deben motivar una evaluación médica.

42. Náuseas o vómitos persistentes

42. Persistent Nausea or Vomiting

Las náuseas o vómitos persistentes pueden presentarse cuando el cáncer de mama se disemina o afecta órganos implicados en la digestión, como el hígado, el estómago o incluso el cerebro. El crecimiento tumoral puede alterar los procesos digestivos normales, causar obstrucciones o generar cambios químicos en el organismo que resulten en malestar continuo o vómitos. En casos avanzados, la metástasis cerebral puede aumentar la presión intracraneal, lo que también produce estos síntomas. En ocasiones, las náuseas y vómitos pueden acompañarse de pérdida de apetito, pérdida de peso o dolor abdominal.

La mayoría de los episodios de náuseas o vómitos se deben a causas benignas como gastroenteritis viral («gripe estomacal»), intoxicación alimentaria o efectos secundarios de medicamentos. Estas causas comunes suelen ser de corta duración, resolverse en pocos días y acompañarse de síntomas típicos como diarrea o fiebre. Según la American Cancer Society, las náuseas o vómitos persistentes o inexplicables—especialmente si duran más de unos días, se asocian con otros síntomas preocupantes o no tienen causa aparente—requieren evaluación médica inmediata.

43. Sangrado vaginal inusual (en casos raros)

43. Unusual Vaginal Bleeding (in Rare Cases)

El sangrado vaginal inusual puede ocurrir en casos poco frecuentes de cáncer de mama debido a cambios hormonales o, más raramente, a metástasis en los órganos reproductivos. Algunos cánceres de mama, en particular los que son receptores hormonales positivos, pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo y provocar sangrado uterino irregular. En situaciones extremadamente raras, el cáncer metastásico de mama puede extenderse al útero o los ovarios, causando patrones anormales de sangrado. Este síntoma puede manifestarse como sangrado entre periodos menstruales, después de la menopausia o como menstruaciones inusualmente abundantes o prolongadas.

La mayoría de los episodios de sangrado vaginal están relacionados con causas benignas como fluctuaciones hormonales, cambios en anticonceptivos, estrés o el inicio de la menopausia. Los ciclos menstruales pueden variar de un mes a otro, y el manchado ocasional es común en muchas mujeres. Sin embargo, según la American Cancer Society, cualquier sangrado vaginal inexplicado, persistente o inusualmente abundante—especialmente si ocurre después de la menopausia o fuera del ciclo normal—debe reportarse de inmediato a un profesional de la salud.

44. Indigestión o acidez persistente

44. Persistent Indigestion or Heartburn

La indigestión o la acidez persistente pueden ser en algunos casos un signo de cáncer de mama que se ha diseminado al tracto digestivo o a órganos cercanos. Los tumores que presionan el estómago, el esófago o el hígado pueden interrumpir la digestión normal, causando malestar continuo, sensación de ardor o hinchazón que no mejora con los remedios habituales. Estos síntomas pueden acompañarse de náuseas, pérdida de apetito o pérdida de peso inexplicada, especialmente en etapas avanzadas de la enfermedad.

La mayoría de los casos de indigestión o acidez son consecuencia de causas benignas como comer en exceso, ingerir alimentos picantes, estrés o reflujo ácido leve. Estos episodios suelen ser temporales, mejorar con ajustes en la dieta o medicamentos de venta libre y no asociarse con otros síntomas graves. Según la American Cancer Society, los síntomas digestivos persistentes o inexplicables—especialmente si son nuevos, progresivos o se asocian con dolor o pérdida de peso—deben evaluarse de inmediato.

45. Hipo persistente

45. Persistent Hiccups

El hipo persistente puede ser un síntoma raro pero relevante del cáncer de mama avanzado, especialmente si el cáncer irrita los nervios que controlan el diafragma, como los nervios frénico o vago. Los tumores que afectan el tórax, los pulmones o la parte superior del abdomen pueden ejercer presión sobre estos nervios, generando hipo continuo o recurrente que dura días o incluso semanas. En algunos casos, el hipo persistente también puede indicar la diseminación del cáncer al cerebro o al hígado, donde se irritan los centros nerviosos responsables del reflejo del hipo.

La mayoría de los episodios de hipo son benignos y de corta duración, generalmente desencadenados por comer demasiado rápido, beber bebidas carbonatadas o cambios bruscos de temperatura. Estos episodios transitorios suelen resolverse en minutos u horas y no se acompañan de otros síntomas. Según la American Cancer Society, el hipo que dura más de 48 horas o que ocurre junto con otros síntomas inexplicados debe ser evaluado por un profesional de la salud.

46. Costras en el pezón

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Las costras en el pezón aparecen cuando fluidos, sangre o pus se secan y forman una capa endurecida en la superficie del pezón, a menudo como resultado de procesos patológicos subyacentes como el cáncer de mama. Algunos tipos de cáncer, incluido la enfermedad de Paget del pezón, pueden causar secreción anormal e irritación cutánea, lo que lleva a una descamación persistente o a la formación de una textura similar a una costra en el pezón o la areola. Esta condición suele acompañarse de enrojecimiento, picazón o cambios en la forma del pezón y no desaparece con cuidados cutáneos rutinarios.

La formación de costras también puede deberse a causas benignas como fricción por ropa ajustada, problemas durante la lactancia o irritación cutánea leve. En estos casos, las costras suelen ser leves, temporales y mejorar con cambios de hábitos o uso de humectantes. Sin embargo, según la American Cancer Society, las costras persistentes, recurrentes o asociadas con otros síntomas como secreción, dolor o cambios en la textura de la piel deben ser evaluadas médicamente.

47. Erosión del pezón

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La erosión del pezón ocurre cuando el tejido superficial se rompe, generando áreas en carne viva, llagas abiertas o pérdida de la capa cutánea normal. Esto puede deberse a la invasión tumoral, en la que las células cancerosas interrumpen la integridad de la piel e impiden la cicatrización normal. Con el tiempo, el área afectada puede volverse más dolorosa, exudar líquidos o sangre y no responder al cuidado habitual de heridas. La erosión del pezón suele observarse en casos avanzados de cáncer de mama, como la enfermedad de Paget, y puede indicar malignidad subyacente en el seno o el sistema ductal.

Las abrasiones leves o heridas superficiales en el pezón suelen deberse a fricción, problemas con la lactancia o lesiones accidentales. Estas lesiones benignas son poco profundas, cicatrizan en días o semanas y no reaparecen en el mismo sitio. Según la American Cancer Society, cualquier erosión persistente o progresiva del pezón, especialmente si se acompaña de secreción, costras o cambios cutáneos, requiere una evaluación médica inmediata.

48. Aplanamiento del pezón

48. Nipple Flattening

El aplanamiento del pezón ocurre cuando el pezón, normalmente sobresaliente o elevado, pierde su prominencia o parece estar presionado hacia adentro, a menudo como consecuencia de la infiltración de tejido por células anormales o tumores. A medida que el cáncer de mama se desarrolla, puede invadir y alterar el tejido conectivo y los conductos situados debajo del pezón, haciendo que este pierda su forma y proyección característica. Este cambio puede ser sutil al inicio pero hacerse más notorio con el tiempo, especialmente si se acompaña de otros síntomas como alteraciones cutáneas, secreción o un bulto palpable bajo el pezón.

Es importante diferenciar el aplanamiento del pezón debido al cáncer de las variaciones naturales de la anatomía, ya que algunas personas tienen pezones planos o ligeramente invertidos desde el nacimiento. Estas características suelen ser bilaterales, no cambian de forma repentina y no se asocian con dolor ni otros cambios en el seno. Según la American Cancer Society, cualquier aplanamiento nuevo, persistente o progresivo del pezón—en especial si es unilateral y se acompaña de otros signos de alarma—debe ser evaluado médicamente.

49. Dolor en la parte superior de la espalda, hombro o cuello

49. Pain in the Upper Back, Shoulder, or Neck

Una mujer se sienta en su escritorio, masajeando el cuello y el hombro, con una mueca de dolor en la parte superior de la espalda. | Generado por Google Gemini

El dolor en la parte superior de la espalda, el hombro o el cuello puede ser, en algunos casos, un signo de dolor referido por cáncer de mama o por enfermedad metastásica. Los tumores en la mama, especialmente aquellos localizados cerca de la pared torácica, pueden irritar nervios que se irradian hacia estas regiones, provocando dolores persistentes o molestias. Además, si el cáncer de mama se disemina (metastatiza) a los huesos o tejidos blandos de la columna, los hombros o el cuello, puede generar un dolor profundo, constante e implacable que a menudo empeora con el tiempo y no responde a los métodos habituales de alivio. Este dolor puede ir acompañado de otros síntomas como debilidad, entumecimiento o limitación en el rango de movimiento.

La mayoría de los dolores en estas áreas se relacionan con causas musculoesqueléticas, como tensión muscular, mala postura o estrés, que suelen ser temporales y mejorar con descanso, estiramientos o medicamentos de venta libre. Sin embargo, según la American Cancer Society, el dolor persistente o inexplicado en la parte superior de la espalda, hombro o cuello—especialmente cuando no está vinculado a una lesión evidente o se asocia con otros síntomas mamarios—debe ser evaluado por un profesional de la salud. La evaluación oportuna es clave para descartar causas graves, incluido el cáncer de mama.

50. Sensación general de malestar

50. General Feeling of Being Unwell

Una sensación general de malestar, también conocida como malestar general o malaise, puede ser un signo temprano u ocasional de cáncer de mama u otras enfermedades sistémicas. Se caracteriza por una vaga sensación de cansancio, incomodidad o falta de bienestar que es difícil atribuir a una causa específica. A medida que el cáncer de mama progresa o se disemina, puede producir síntomas sutiles en todo el cuerpo, como fiebre baja, cansancio persistente, dolores musculares y reducción de la capacidad para realizar actividades cotidianas. Estos síntomas pueden desarrollarse gradualmente y prolongarse, a veces incluso antes de que aparezcan signos más evidentes de cáncer.

La mayoría de las personas experimentan períodos de malestar general debido a causas comunes como resfriados, infecciones virales o estrés. Estos episodios suelen ser de corta duración, se resuelven con descanso y van acompañados de síntomas más específicos, como dolor de garganta, tos o congestión. Según la American Cancer Society, el malestar persistente o inexplicado—especialmente si se acompaña de otros signos de alarma como pérdida de peso, dolor o cambios en la mama—debe ser evaluado por un médico. La detección temprana puede ayudar a identificar la causa subyacente y asegurar un tratamiento oportuno.

Conclusión

Conclusion

La detección temprana del cáncer de mama mediante autoexploraciones y pruebas de cribado mejora significativamente los resultados del tratamiento.

Reconocer los signos tempranos y variados del cáncer de mama es fundamental para mejorar los resultados y salvar vidas. Si notas cambios persistentes en tus mamas, es esencial actuar con rapidez y consultar a un profesional de la salud para una evaluación más detallada. Realizar autoexploraciones periódicas, mantener la conciencia sobre tu propio cuerpo y programar mamografías de detección son pasos prácticos para la identificación precoz. La intervención temprana puede marcar una gran diferencia en el éxito del tratamiento. Para más información sobre los síntomas y cribado del cáncer de mama, visita la American Cancer Society o Breastcancer.org.

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