Aquellos que tienen un trastorno de ansiedad con frecuencia se sienten ansiosos o temerosos. Los sentimientos de ansiedad están relacionados con la preocupación por las situaciones futuras. La reacción a los acontecimientos actuales se conoce como miedo. Alguien con ansiedad puede experimentar muchos síntomas físicos como temblor, mareos y una frecuencia cardíaca acelerada. La ansiedad se presenta en varios trastornos, incluido el trastorno de ansiedad social, el trastorno obsesivo-compulsivo, la agorafobia, el trastorno de ansiedad por separación y el mutismo selectivo. Muchas personas terminan desarrollando más de un trastorno relacionado con la ansiedad.
Con la ansiedad, los factores genéticos y ambientales contribuyen a los síntomas. Aquellos que han experimentado un historial de pobreza, trastornos mentales en la familia o abuso infantil tienen un mayor riesgo de desarrollar ansiedad. Los ataques de pánico y la ansiedad son difíciles de reconocer en otras personas. Es aún más difícil de diagnosticar en los niños, dado que sus cuerpos todavía están creciendo, por lo que no van a reaccionar de la misma manera. Si eres padre o alguien que trabaja en estrecha colaboración con niños, aquí hay algunos comportamientos y signos que puedes tener en cuenta para determinar si un niño tiene un ataque de pánico o no. Sigue leyendo para aprender sobre los síntomas de la ansiedad en los niños.
Tu hijo puede parecer poco descansado.
La vida es dura cuando eres joven. A medida que los niños crezcan, naturalmente van a tener algunos cambios en sus patrones de sueño, pero si hay un cambio drástico significativo, como sentirse inquieto y no poder conciliar el sueño, entonces puede tener un problema en sus manos. Para un niño en crecimiento, lidiar con el insomnio puede provocar cambios en su estado de ánimo, así como problemas en la escuela. Eso se debe a que los niños que tienen ansiedad tienden a estar sobreestimulados, por lo que sus cerebros tienen problemas para apagarse por la noche. Las luces brillantes de la electrónica pueden hacer que sea difícil mantener la calma.
En el mundo obsesionado tecnológicamente de hoy en día, los niños pequeños y los adolescentes tienen que lidiar con mucho más durante su vida escolar y social. Debido a las redes sociales y los mensajes de texto, los problemas del día escolar a menudo también se pueden llevar a la vida en el hogar. Lo mejor que puedes hacer es establecer una rutina relajante a la hora de dormir que ayude a relajar sus mentes en un estado de relajación y preparación para el sueño. La mente necesita tiempo para rebobinar y relajarse al final del día. Intenta mantener el tiempo frente a la pantalla al mínimo, especialmente cuando está increíblemente cerca de la hora de acostarse.