Su hígado es, sin lugar a dudas, uno de los órganos más importantes y de mayor trabajo del cuerpo humano. Realiza más de 500 funciones, y cuando no es capaz de hacerlo correctamente, los efectos se pueden ver y sentir en todo el sistema. Todos los días, el hígado ayuda al cuerpo proporcionándole energía y nutrientes, luchando contra las infecciones y las toxinas, limpiando la sangre, fabricando muchas proteínas esenciales, regulando el colesterol, las hormonas y más.
El hígado puede regenerarse si se daña, reemplazando el tejido viejo con células nuevas. Sin embargo, cuando se produce una enfermedad hepática, hace que se forme tejido cicatricial y el hígado se vuelve lentamente incapaz de crear nuevo tejido. El tejido cicatricial bloquea el flujo sanguíneo y ralentiza la procesión de nutrientes, hormonas y toxinas naturales. El daño hepático causa problemas con varias funciones corporales como el metabolismo, la circulación, el equilibrio hormonal y la digestión.
Los problemas hepáticos pueden ser causados por muchas cosas como la hepatitis, los cálculos biliares, la enfermedad del hígado graso, la fibrosis quística y la cirrosis. El diagnóstico se realiza a través de exámenes físicos, análisis de sangre, tomografías computarizadas, ultrasonidos y biopsias. La enfermedad hepática tiene complicaciones graves que incluyen insuficiencia renal, diabetes, sangrado excesivo, riesgo de infección y exceso de líquido en el cerebro.
Los síntomas de la enfermedad hepática no son específicos. Esto significa que no hay un síntoma fiable que indique que hay algo mal. Un hígado poco saludable afecta a la forma en que funciona todo nuestro cuerpo, por lo que es importante conocer y reconocer los primeros signos de daño hepático.
1. Náuseas/Vómitos
Sentir náuseas y vómitos puede ocurrir por muchas razones, desde cosas como mareo por movimiento, embarazo temprano, dolor intenso, estrés emocional y gastritis hasta ataque cardíaco, conmoción cerebral, tumores cerebrales y algunas formas de cáncer.
Es importante prestar atención a cualquier náusea y vómito que pueda sufrir. El momento de las náuseas puede indicar la causa, por ejemplo, si aparece poco después de una comida, es probable que sea algún tipo de intoxicación alimentaria.
A menudo, las personas ignoran estos síntomas como algo menos grave, pero las personas con daño hepático pueden sentirse de esta manera debido a que su hígado es incapaz de procesar y eliminar correctamente las toxinas.
Los vómitos constantes pueden causar deshidratación, lo que puede llegar a ser extremadamente peligroso. Por lo tanto, si sufre de náuseas y episodios de vómitos, asegúrese de mantener los líquidos tomando pequeños y frecuentes sorbos de agua.